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Francisco Chaves
francisco.chavesduran@ucr.ac.cr
Fotografía: Francisco Chaves.

Hablamos con la Máster Vanessa Pacheco y nos comentó parte de su trabajo en los diferentes proyectos de la Escuela de Lenguas Modernas en los que se encuentra involucrada, como el TCU “Estimulando la escritura creativa y el análisis literario en primaria, secundaria y otras instituciones públicas”, el proyecto “Acercamiento a lenguas extranjeras en el Centro Infantil Laboratorio” y el concurso “Escritura creativa en francés e inglés”. Además, nos habló de sus expectativas sobre este nuevo doctorado en el extranjero que estaba a punto de cursar.

¿Cuáles son sus funciones dentro de la Escuela de Lenguas Modernas?

Soy profesora, tanto de grado como de posgrado. Mi énfasis es literatura y tengo bachillerato en inglés y maestría en literatura inglesa. He dado cursos de todos los años, desde composición y literatura, hasta uno de maestría. Además, tengo tres proyectos en la Escuela, uno de cada rama.

El primero es el concurso de escritura creativa, en inglés y francés, en el que soy colaboradora desde hace algunos años. Su objetivo es motivar a los estudiantes a que escriban en la parte creativa. Hacemos un concurso anual en el que se busca un género para el cuento, y se deja la poesía siempre con tema libre. También hacemos talleres y capacitaciones, por lo que buscamos algún profesional en el área y lo traemos, por ejemplo, algún escritor en el género de ese año. Este programa nació en francés, incluso solo estuvo en ese idioma el primer año, pero para el siguiente ya se dio en inglés.

El concurso estimula la creatividad en los estudiantes, porque ellos llevan los cursos de composición, gramática, orales, pero no existe uno específico de escritura creativa. Hay profesores, incluyéndome, que hacemos una actividad creativa en los cursos de literatura, para motivarlos a que publiquen sus obras y se den a conocer. Llegamos a tener hasta 50 participantes, dependiendo del género.

Tengo también un proyecto en docencia, en conjunto con un profesor de francés, Mauricio Montero, que se llama “Acercamiento a lenguas extranjeras en el Centro Infantil Laboratorio”. Se trabaja con chicos de 1 a 4 años, y lo que se hace es contratar asistentes de inglés y francés para acercar el idioma a los niños, con talleres y actividades. Siempre hablan en el idioma meta, y se realizan dos actividades culturales por semestre, en el que celebramos alguna fecha para ambos idiomas, como el día de la música o el día del libro.

El proyecto inició desde el 2009, y yo lo he tenido los últimos tres años. Este acercamiento a la lengua beneficia mucho a los chicos porque ellos aprenden a identificar elementos de los idiomas, ya que a veces ni siquiera hablan. Cuando son más grandes, se trata de que también produzcan un poco. Son alrededor de 100 estudiantes, cada grupo con metodologías distintas.

El tercer proyecto es un TCU, que se llama “Estimulando la escritura creativa y el análisis literario en primaria, secundaria y otras instituciones públicas”. Ahora soy la responsable, lo tomé desde el año pasado, y este proyecto es muy bonito porque es propiamente en mi área, y he podido explotar mucho la parte creativa. Los estudiantes son capacitados en análisis literario y escritura creativa, entonces buscamos profesionales para estos talleres y capacitaciones. Es un proyecto con una población muy amplia, se trabaja con estudiantes de primaria hasta adultos mayores en bibliotecas o centros diurnos.

El proyecto nació como una necesidad de TCU, pero también para crear espacios de reflexión y criticidad en la población costarricense, porque se les ayuda a los estudiantes a no quedarse en solo analizar, sino en generar a partir de esto. Cada población se beneficia de diferente manera, los estudiantes sobre todo en la parte educativa, y los adultos en la criticidad y el análisis, a pensar y reaccionar frente a los textos. La población tiene alrededor de 700 personas anualmente, el año se divide en tres ciclos.

¿Cuál ha sido su experiencia durante estos años realizando estas diversas labores?

En el concurso de escritura creativa siempre vamos mejorando a raíz de las recomendaciones de los participantes. Por ejemplo, ahora se quiere abrir el concurso también para egresados y para otras sedes. Nosotros empezamos más que todo con el concurso, pero de ahí pasamos a talleres y capacitaciones, gracias al interés de los estudiantes por aprender en el tema. Como profesional, es gratificante ver cómo crece ese interés y también, el apoyo de la Escuela, con profesores que incluyen el concurso en sus clases, para generar motivación, aunque siempre hay espacio para que ayuden más colegas.

Con respecto al proyecto de docencia, ha sido muy bonito trabajar con los niños, porque como se trabaja con ellos desde tan pequeños, y esta no es un área tan explorada en investigación, se da mucho campo para investigar. Con el paso de los años, uno puede ver el avance en los chicos y cómo aprenden muchísimo, tanto a identificar, como empezar poco a poco a producir. La mayor dificultad es el tiempo, porque se bajaron las horas para el proyecto por motivos de presupuesto, pero ha sido lo único negativo con lo que lidiar de la experiencia.

En el TCU, he visto cómo va creciendo la interdisciplinariedad, ya que se trabaja con estudiantes de bachillerato en inglés y bachillerato en filología española y clásica, porque se busca que los tres trabajen juntos y creen el programa en los equipos de trabajo. Desde mi experiencia, he tratado de aumentar las capacitaciones, que no sea solo la parte de análisis literario, sino que también hayan de planeamiento didáctico. Es muy complejo comunicarse con las instituciones porque son poblaciones muy distintas, pero este, a la vez, es un aspecto muy enriquecedor.

Como profesional, he aprendido mucho de las otras disciplinas, por ejemplo, de los estudiantes de filología, ya que ellos aportan mucho al proyecto. En el caso de los convivios que realizamos, se da un intercambio de conocimiento, que es beneficioso tanto para ellos como para nosotros, con ideas frescas para ambos.

¿Cuáles son algunas de sus proyecciones a futuro?

A partir del otro semestre voy a sacar un doctorado en literatura inglesa en la Universidad de Lancaster, en Inglaterra. A pesar de que me entristece tener que dejar los proyectos que mencioné, esta oportunidad me emociona mucho. No va a ser un crecimiento solamente como profesional en docencia, sino que también es algo con lo que quiero volver para implementar mis nuevos conocimientos en el TCU y en el concurso.

No sé qué va a pasar cuando vuelva, pero sería muy bonito mantenerme en los proyectos. Con el concurso siempre he colaborado como miembro del jurado, y definitivamente quiero seguir siendo parte de él, aunque no sea como co-responsable. Al TCU también quiero volver, sobre todo porque apenas está iniciando y me gustaría fortalecerlo más con mi aprendizaje. Claramente me encantaría tener algún proyecto que nazca del doctorado, pero el tiempo lo dirá.

¿Por qué considera que es importante en aprendizaje en el exterior?

Primero, para ir más allá de lo que uno puede aprender acá. La UCR tiene la maestría en literatura inglesa, pero hasta ahí llega. No hay otra institución en el país donde yo pueda sacar un doctorado, por lo que ir al extranjero siempre es crecer aún más, siempre mejorar. Además, es una universidad prestigiosa a nivel internacional, y esto lo vuelve una excelente oportunidad.