Francisco Chaves
francisco.chavesduran@ucr.ac.cr
Fotografía: Francisco Chaves.
Entrevistamos a la máster Verónica Murillo para que nos comentara su experiencia de coordinar la sección de “Francés para otras carreras”, además del trabajo que conlleva dirigir la Revista de Lenguas Modernas. Nos dio algunas apreciaciones sobre la importancia de estos proyectos para la Escuela de Lenguas Modernas y en general, para la Universidad de Costa Rica.
¿Cuáles son sus funciones dentro de la Escuela de Lenguas Modernas?
Tengo varias funciones, tanto docentes como administrativas. Este año soy coordinadora de la sección de “Francés para otras carreras”, donde nos encargamos de los cursos de francés que se ofrecen a todas las otras carreras de la Universidad, además, evaluamos a los estudiantes y a los docentes que desean que se les reconozca el nivel de francés para efectos de régimen académico. Por otra parte, este año también asumí la dirección de la Revista de Lenguas Modernas, y aparte de eso, imparto dos cursos, uno de repertorio, “Literatura Francesa en español” y un curso de composición para cuarto año.
¿Cómo nace la sección de “Francés para otras carreras”?
Esta sección es una oferta que hace la Escuela para el resto de la comunidad universitaria, porque las carreras necesitan cursos de idioma. Tanto en la parte de inglés como en la de francés, ofrecemos por lo menos un nivel básico para los estudiantes que no son de la Escuela. Así les permitimos acceder a educación de calidad, con profesores sumamente preparados, ya que son los que también imparten los cursos para los alumnos empadronados en la carrera. Ellos dan las clases con el mismo nivel de exigencia y calidad, pero para estudiantes que no estudian exclusivamente el idioma.
¿Cuánta población manejan?
Probablemente somos una de las secciones que más posee matrícula insatisfecha, por lo general tenemos 5 o 6 grupos de “Francés Básico 1” de 40 estudiantes por grupo, lo que serían 240 estudiantes, y en “Francés Básico 2”, tenemos dos grupos. Tenemos alrededor de 300 o 350 estudiantes semestralmente, sin embargo, el nivel de matrícula insatisfecha es muy alto.
¿Consideran ampliar la oferta para solventar esta necesidad de matrícula?
Nosotros tenemos solicitudes repetidas semestre a semestre de Escuelas y estudiantes que desean matricular sus cursos de idioma en el área de francés, pero estamos limitados por temas del presupuesto que recibimos de Vicerrectoría, porque se prioriza la carrera y lo que queda disponible se usa para las demás, por lo que este es el principal limitante.
En su experiencia como coordinadora, ¿qué se puede mejorar en la sección?
Estamos trabajando en un proceso de mejora de los materiales que se usan para impartir los cursos, y vamos a implementar un cambio del método para el próximo año. Tenemos la intención de realizar un grupo de muestra para ver qué mejoras y observaciones habría que realizar para implementar el nuevo método, que viene a sustituir a uno que lleva más de 12 años de estarse usando.
Pasando a la Revista de Lenguas Modernas, ¿cuándo nace y por qué?
La Revista nace en el 2004, durante la dirección de don Alder Senior, porque era importante visibilizar la producción académica del cuerpo docente de la ELM, entonces, de una forma visionaria, don Alder y otros profesores de la Escuela en ese momento crearon un comité editorial y suscribieron la Revista como proyecto de investigación en la Vicerrectoría de Investigación. Ahora, 14 años después, la Revista se ha consolidado y ya tenemos la edición número 28 en la editorial de la Universidad. Aspiramos a mantener y mejorar los estándares de calidad, trabajar en la digitalización de la Revista y la indexación en portales de investigación con prestigio mundial.
¿Qué beneficios trae para la ELM que exista una revista propia y especializada?
Son muchísimos, sobre todo en visibilizar el reconocimiento académico, porque nosotros somos, me atrevo a afirmar, la única revista del país que publica en inglés, español, francés, italiano y portugués. Eso le permite publicar a personas que usan idiomas que no son tan aceptados por otras revistas. Además, entramos en contacto con otras universidades y otros académicos alrededor del mundo. Hemos recibido propuestas de artículos de países como Montenegro o Irak, lo que nos hace darnos cuenta de que la Revista ha ido haciéndose un nombre y una reputación internacional.
En términos de estudiantes, hay un incentivo importante para ellos. Todos los años la Escuela de Lenguas Modernas tiene un concurso de escritura creativa, y los ganadores en las diferentes categorías del concurso se aseguran su publicación en la Revista. Así, ellos se dan cuenta también de que sus productos tienen la calidad para ser publicados. En los últimos meses también los profesores nos hemos dado a la tarea de dar a conocer la Revista para los alumnos, con el fin de que la revisen, incluso se las hemos donado para ellos se familiaricen y se animen a publicar.
¿Cómo funciona el proceso de selección de las personas que pueden publicar en la Revista?
La Revista es bastante abierta, porque trata de representar la multiplicidad y multiculturalidad, que son valores de la ELM, por lo que de la misma forma en que está abierta para académicos, lo está para estudiantes o personas que tienen alguna vocación artística de creación y que desean publicar. La Revista posee una sección de creación donde se publican poemas y relatos cortos en diversos idiomas, por lo tanto, combina la producción académica con la artística, y eso tiene un valor agregado. Además, acercamos artículos de actores de otras instituciones costarricenses o internacionales. Cualquier estudio que tenga que ver con lingüística, literatura, didáctica de lenguas, estudios culturales o creación literaria, puede ser sometido para publicarse en la Revista.
Desde su experiencia como directora, ¿qué se podría mejorar?
Mi aprendizaje durante este año fue precisamente que el mundo de las revistas académicas es muy dinámico y cambiante, por lo que el reto principal es mantenernos a la vanguardia con todo lo que está haciendo sobre todo el portal de revistas de la UCR y Vicerrectoría de Investigación, ya que ellos tienen un equipo muy competente que tiene una serie de formaciones en las que estamos participando para actualizarnos y mantenernos vigentes en todos los niveles que se exigen nacional e internacionalmente.
En general, ¿cuál ha sido tu experiencia en ambas labores, tanto en la coordinación como en la Revista?
Las dos han sido experiencias diferentes, pero son muy interesantes y estimulantes, porque me obligan a formarme permanentemente, a adquirir y desarrollar nuevas herramientas y competencias. Me permiten entrar en contacto con otras instancias de la Universidad, con otro tipo de profesionales, y eso siempre es muy enriquecedor.
Hemos tenido un apoyo enorme de la Escuela de Lenguas Modernas hacia la Revista. En el caso de la sección de “Francés para otras carreras”, mi convencimiento es que la Escuela hace todo lo que puede dentro de sus propias limitaciones presupuestarias.
¿Cuáles son algunas de sus proyecciones a futuro?
Me encantaría seguir trabajando en los cursos de expresión escrita, incluso, algunos de los profesores que estamos en esta área estamos interesados en desarrollar material didáctico específico para los cursos citados. A nivel personal, estoy a punto de terminar una maestría en literatura latinoamericana, que vendría a complementar la maestría en literatura francesa, y a partir de ahí, sí me gustaría incursionar en dar cursos de maestría, en el posgrado de literatura que tiene la Universidad y desde luego, buscar un doctorado, de ser posible en literatura comparada.
¿Por qué considera que es importante en aprendizaje en el exterior?
Es muy importante, sobre todo por el enriquecimiento que genera siempre la posibilidad de comparar y de relativizar los aprendizajes, tanto los adquiridos como los nuevos.
¿Algún comentario adicional?
Nada más agradecer la iniciativa de la Escuela de dar a conocer el quehacer e intereses de sus profesores, porque es una forma de acercarnos a la comunidad estudiantil.