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Francisco Chaves
francisco.chavesduran@ucr.ac.cr
Fotografía: Francisco Chaves.

Entrevistamos al nuevo decano de la Facultad de Letras, el Dr. Francisco Guevara, para que nos contara su crecimiento y labor en la Escuela de Lenguas Modernas. Aunado a su experiencia, nos comentó su visión sobre el camino que debe tomar la Escuela y en general la Facultad para seguir fomentando el próspero desarrollo de la UCR.

¿Cómo describiría su trayectoria como profesional de la Escuela de Lenguas Modernas?

Mi trayectoria ha sido la de un docente interesado en diferentes aspectos, sobre todo en los pilares sustantivos de la Universidad de Costa Rica, docencia, investigación y acción social. Me formé inicialmente en la UCR en la carrera de derecho, de manera simultánea con la carrera de francés. Al término de mis estudios me fui a París y me especialicé en literatura francesa del siglo XVII, y muy particularmente en dramaturgia. Mi especialidad siempre ha sido la literatura francesa y comparada. Regresé al país en el 2009 e inmediatamente asumí la coordinación de la maestría en literatura francesa de la que me encargué durante varios años, y después la subdirección de la ELM, lo cual fue bastante interesante para ver el panorama general de cómo iba evolucionando la Escuela.

Luego se dio la oportunidad de proponer y ejecutar una dirección que asumí el 20 de marzo del 2017, y conté con un gran apoyo del estudiantado y de gran parte del personal docente. Así llevamos a cabo proyectos en diversos temas, por ejemplo, la transparencia, la rendición de cuentas, la diversidad en todos sus avatares, y en general en seguir haciendo crecer los programas que tiene la Escuela, para tener un impacto en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, que es la principal función de la UCR cuando se proyecta a la sociedad. Finalmente, esta nueva etapa como decano fue completamente inesperada, se dieron una serie de circunstancias que favorecieron mi candidatura y elección, y la quise asumir con muchísimo interés y con el espíritu de servicio para poder suplir a esta Facultad en el tema de humanidades, de pensamiento crítico, y reforzar las letras y la filosofía, que son los bastiones y pilares de la Universidad.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad experimentada en su labor como profesional en la ELM, y a su vez, la mayor oportunidad de crecimiento?

Bueno, en este momento la UCR atraviesa una gran crisis, no solo a nivel presupuestario, también en el posicionamiento en la sociedad, ya que cuenta con ciertas oposiciones externas que quieren mancillar su imagen, sobre todo en la prensa. Fue fundamental en mi labor siempre trabajar en enderezar esa imagen dando a conocer realmente la acción social de la Escuela y la Universidad, para impactar positivamente en el desarrollo de la sociedad en general.

Ha sido también una labor de gran enriquecimiento profesional y personal muy interesante, que me ha permitido conocer cómo funciona la Universidad desde adentro, y las necesidades que tenemos la vocación de subsanar, a nivel social y académico. Los desafíos que ha representado para mí estar en la dirección fueron grandes, el contexto general es difícil, pero a la vez, en los momentos de crisis es cuando uno se vuelve más creativo, junto a colegas y estudiantes para apoyar proyectos en conjunto y proponer estrategias para beneficiar a la Escuela, a la institución universitaria y en general a la sociedad.

¿Cuáles son las posibilidades de mejora para la Escuela luego de su paso como director?

Las posibilidades de mejora residen muchísimo en una comunicación muy franca, con el personal docente y los estudiantes, para ser un cuerpo juntos y trabajar en equipo. Las mejoras no pueden venir de una jerarquía si no existe un consenso, la discusión genera estrategias para solucionar las distintas dificultades que se enfrentan. Posibilidades de mejora siempre hay, cuando todos tienen claro su papel, las necesidades que se vienen a cubrir, y para dónde se va.

¿Considera importante el aprendizaje en el exterior?

Claro, para todo académico, incluso siendo estudiante, es muy importante proyectarse hacia el exterior para conocer muchísimo mejor el contexto en el que está y situarse en él, porque le da parámetros muy importantes para saber qué está haciendo bien y qué debe mejorar. La proyección internacional le da posicionamiento al profesional tanto dentro como fuera del país, pero sobre todo le permite mejorar su récord académico y su crecimiento profesional y personal.

¿Cuáles son algunos de los desafíos que posee actualmente la Facultad?

La Facultad de Letras tiene el gran desafío de hacer valer que debe ser la base de toda construcción de pensamiento, y de la Universidad en general. Es aquella que le da ese sostén humanista con el que creció, y hace entender la sociedad que no todo funciona a base de cifras y datos duros, sino también con factores como la sensibilidad, el saber, la comunicación, y, sobre todo, ese relacional que nos hace tener esa cohesión social y comprender mejor nuestro contexto y las necesidades de un país.

A partir de esto, se deben proponer soluciones que vayan acordes con una idiosincrasia y una tradición del Estado de Derecho, del respeto a la democracia, los derechos humanos y la diversidad, la eliminación de la violencia, y en general un montón de factores en los que la Facultad debe incidir para hacer crecer a la sociedad, a través de un pensamiento crítico. Por ejemplo, ahora se debe hablar sobre las derivas que puede generar una economía agresiva que no tenga una perspectiva social y que no contemple el bien común, ese bien que es el objetivo principal de la Universidad y que nosotros debemos secundar.

¿Tiene algún comentario para finalizar, tal vez relacionado al Congreso que recién pasó?

Claro, estoy muy contento de la labor que se ha hecho en Lenguas Modernas a través de un trabajo en equipo muy intenso, a partir de un cuerpo profesoral y administrativo muy fuerte y muy bueno, que ha trabajado con pasión para hacer crecer a la UCR y al país. También un cuerpo estudiantil que tiene el privilegio de estudiar en esa Universidad y con los que es un placer trabajar porque tienen muy claro su función para el país también. Ha sido un trabajo con un gran aliciente porque no viene solamente de una jerarquía, sino que es siempre en conjunto.

Esa labor se reflejó en el VI Congreso Internacional de Lenguas Modernas que se llevó a cabo el diciembre pasado, con resultados maravillosos, un encuentro intercultural con especialistas de todo el mundo, que le dio una gran proyección a la Escuela y una visibilidad de todo el trabajo que hacen los estudiantes y profesores en sus investigaciones, por lo que creo que es una plataforma que se debe estimular ya que proyecta el trabajo de la Universidad al exterior y es un aliciente para las futuras generaciones.