Francisco Chaves
francisco.chavesduran@ucr.ac.cr
Fotografía: Francisco Chaves.
Entrevistamos a la máster Ana Damasceno para conocer su experiencia al coordinar la sección de “Otras Lenguas”, además de su llegada hace 16 años a la Escuela de Lenguas Modernas para impartir lecciones de portugués.
¿Cuáles son sus funciones dentro de la Escuela de Lenguas Modernas?
Soy docente de la Escuela de Lenguas Modernas desde hace 16 años, y en los últimos 9 años he sido la coordinadora de la sección de “Otras Lenguas”. Tengo a cargo todos los idiomas menos inglés y francés. Entre ellos están japonés, italiano, alemán, coreano, catalán, ruso, portugués, entre otros. En la coordinación apoyamos a los profesores extranjeros, sobre todo a los asiáticos que requieren un poco más de ayuda en algunas ocasiones, sobre todo porque vienen de un sistema que es más ágil. Además, me encargo de coordinar horarios, ayudarles a gestionar con comisiones, por ejemplo, la comisión de currículum, o si los profesores necesitan modificar el programa o hacer algún cambio.
¿Cuál ha sido su experiencia coordinando esta sección?
Es muy interesante porque tengo mucho contacto con los profesores que vienen a dar clases en todos estos idiomas, por lo que me enriquece desde el punto de vista tanto profesional como personal, porque estoy aprendiendo un poquito de cada cultura. Sin embargo, también existen retos, principalmente porque algunos profesores generalmente no tienen el idioma español, entonces a veces hay problemas de comunicación, ya que a pesar de que la mayoría dominan el inglés, algunos vienen solo con su idioma, mandarín o japonés, por ejemplo, y requerimos la intervención de un colega para poder comunicar exactamente lo que necesitamos.
¿Cuál es la importancia de que la Escuela expanda su oferta de idiomas y no se quede solamente en los tradicionales?
Yo creo que es muy importante porque vivimos en un mundo globalizado. A través de internet tenemos acceso a diferentes idiomas y es importante que la gente los conozca, no solo en el aspecto académico, también en la parte cultural. Creo que al conocer otras culturas nos podemos volver más tolerantes con los demás.
¿Cuándo nació la idea de abrir la Escuela a dar otros idiomas además del inglés y francés?
Inició en 1971 cuando se empezó a dar portugués como idioma adicional al inglés y francés. Después, en la década de los noventa, se abrió a nuevos idiomas. La coordinación la tengo desde el 2009, y han ido entrando y saliendo idiomas con el tiempo. Por ejemplo, tuvimos polaco, pero como no teníamos otros profesores especialistas en el país, no pudimos mantenerlo.
¿Se piensa ampliar la oferta de idiomas?
La oferta se puede ampliar siempre y cuando haya docentes especializados. El interés de los estudiantes sí está, pero es muy lamentable cuando tenemos que cerrar un idioma. Este año no se va a dar árabe porque el profesor también se fue, por lo que ahora la Escuela necesita uno para poder seguir dándolo.
En la parte de portugués, este año 2019 la ELM será un puesto aplicador del examen de certificación del idioma avalado por el Ministerio de Cultura de Brasil, ya el año pasado concretamos todo luego de una larga negociación de para poder dar este paso. A partir de este año, ya obtenemos la certificación desde Brasil, y esperamos conseguirlo también en alemán e italiano.
¿Existen carencias en la sección, además de los profesores?
Creo que este año pasado se empezó a solventar el problema de espacio y recursos, pero todos los años es una necesidad porque tenemos muchos estudiantes. Obviamente uno siempre quiere más, sobre todo equipo, pero en general se ha llevado bien. Me gustaría como docente que se continúe con el apoyo para seguir logrando metas como la certificación que ya obtuvimos.
¿Considera importante el aprendizaje en el exterior?
Claro, porque no hay nada mejor que la inmersión. Si usted aprende una lengua, pero se queda en su país y no practica, su aprendizaje se va deteriorando. Si mis estudiantes terminan el curso y al menos se van de vacaciones a un lugar en el que se hable portugués, cuando vuelven se puede notar el crecimiento, porque con practicarlo tan solo un mes, ya se afianza el conocimiento.
Por último, compártanos su experiencia llegando a este país.
Claro, yo vine de Brasil casada con un costarricense, y durante muchos años no ejercí. El mismo país fue necesitando el portugués, por lo que trabajé un tiempo con la Embajada Brasileña, y después estuve en educación especial por acá en San Pedro. Nunca dejé el portugués porque era traductora oficial, y luego ya me contrataron en la Escuela. En definitiva, ha sido una gran experiencia estar acá.