Por Anthony López Get 
Fotografía: Emerson Aragón

“Para mí, nada se compara a ese momento en el que ves la chispa que se enciende en los ojos de mis alumnos/as cuando entienden un concepto lingüístico, descifran un regla gramatical, o repentinamente descubren el gusto por la transcripción fonética.”

Háblenos un poco sobre usted

Mi nombre es Henry Angulo y soy profesor asociado de la Escuela de Lenguas Modernas de la Universidad de Costa Rica. Tengo un Bachillerato en la Enseñanza del Inglés y una Maestría en Lingüística de la Universidad de Costa Rica, e hice mi doctorado en Ciencias del habla, el lenguaje y la comunicación en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. También estudié artes dramáticas en la UCR por tres años. Me encanta leer y amo los felinos, sobre todo el leopardo de las nieves.

¿Qué labores desempeña dentro de la UCR?

Además de mis labores docentes, coordino la Sección de Cursos Orales del Bachillerato en Inglés; soy miembro de varias comisiones permanentes y temporales, entre las que se incluyen la Comisión de Investigación, la Comisión pro-Creación del Centro de Investigaciones en Lenguas Modernas y la Comisión Institucional de Reconocimiento y Equiparación de Estudios de Educación Superior.

¿Cuál ha sido su mayor desafió dentro de la UCR?

Creo que es difícil en realidad pensar en un solo desafío, ya que todos los académicos enfrentamos múltiples retos en diferentes etapas de nuestras carreras. Cuando estaba empezando, el mayor reto fue no “tirar la toalla” a pesar del empleo precario que se experimenta como profesor interino. Colegas interinos, “hang in there!” ¡Las cosas van a mejorar!

Después de obtener mi propiedad, el reto fue luchar contra el estancamiento intelectual al que una mayor estabilidad laboral te invita. A mí me encanta estudiar y odio sentirme estancado, pero crecer y salirse de la zona de confort siempre duele, de ahí que siempre recuerde mis años de doctorado como un período agridulce en mi vida.

Actualmente, el mayor desafío es mantener el equilibrio entre mi vida personal y mi trabajo como académico. A veces es fácil pasar por alto que la vida no es solo trabajar y estudiar.

¿Cuál es, hasta el momento, su mejor recuerdo dentro de la UCR?

Más que un momento particular, lo mejor de trabajar acá es ese contacto con las personas estudiantes. Me gusta bromear diciéndole a mis alumnos/as que soy como los dementores de Harry Potter. Me alimento de su energía, de su juventud, de sus ganas de vivir. Para mí, nada se compara a ese momento en el que ves la chispa que se enciende en los ojos de mis alumnos/as cuando entienden un concepto lingüístico, descifran un regla gramatical, o repentinamente descubren el gusto por la transcripción fonética.

Si ha participado en más de un proyecto de investigación o de acción social, ¿cuál le ha gustado más y cuáles han sido las razones?

Actualmente tengo un proyecto de investigación sobre aprendizaje de lenguas extranjeras entre personas en el espectro autista. Este es sin duda uno de mis favoritos. Sin embargo, mi otra línea de investigación se centra en la enseñanza/aprendizaje de la pronunciación. En este sentido, tendría que decir que mi segundo favorito es un proyecto en el que estoy haciendo una (re)distribución de los contenidos de fonética de los cursos orales, tomando como punto de partida el enfoque de inteligibilidad del Dr. John Levis y las ideas anti-lingüicistas de los doctores Jonathan Rosa, Nelson Flores y Vijay Ramjattan.

¿Qué beneficios ha traído para usted el haber escogido una carrera de idiomas?

Muchísimos. Empecemos por el más importante: la auto-realización. Yo siempre supe que quería estudiar inglés. Me encantan los idiomas y uno siempre lleva al otro. Otro beneficio se relaciona con el acceso a la información y grupos humanos de interés. ¡Entre más idiomas sepamos, más libros podemos leer! Con más personas podemos conectar. Un tercer beneficio se relaciona con la expansión en el abanico de posibilidades profesionales/ocupacionales. Una vez escuché una frase que decía “if there’s a digression on the road, take it”. Estudiar idiomas nos permite tomar todas esas aparentes “digresiones”. Estudié enseñanza del inglés. Eso me preparó para entrar en lingüística y la lingüística a su vez me llevó a la patología del lenguaje.

¿Cuál sería una recomendación para los estudiantes inscritos en la ELM en la UCR?

No se limiten. Entiendo que la traducción y la enseñanza sean nichos claramente relacionados con nuestras carreras, pero hay más. Combinen carreras y, si las carreras con las que quieren complementar inglés o francés no están disponibles en el país, váyanse al exterior. Nuestros bachilleratos son tanto la base como el complemento perfecto para otras carreras en áreas como las relaciones internacionales, la terapia del lenguaje bilingüe, el turismo, la administración de empresas, entre otros. No se corten las alas.